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Ecologos por siempre

El crecimiento actual de la población es muy rápido y provoca una gran alarma entre algunos especialistas. Una consecuencia de este crecimiento son las innumerables dificultades relacionadas, especialmente, con los recursos disponibles (agua, tierras de cultivo, alimentos, atención sanitaria y educativa) y el deterioro del medio ambiente. https://ecologos.blogia.com/upload/externo-c548cc9e8866e7fadf21f5c8fb870c16.gif

El problema se agudiza cuando sabemos que este consumo de recursos no es equitativo y que los habitantes más ricos del planeta están esquilmando los recursos disponibles en lugares muy lejanos a donde viven. Lo mismo ocurrre con la contaminación, que no conoce fronteras: la industrialización y el consumo de algunos países polucionan todo el planeta, incluso el entorno donde viven personas que nunca han participado de los beneficios de esa industrialización.Actualmente somos más de 6.000 millones de habitantes en el planeta y las previsiones esperan entre 8.000 y casi 11.000 millones de personas para el año 2050.El problema clave de la superpoblación no es el número de personas que viven en el planeta, sino cómo viven. El que fuera Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en un discurso con motivo del Día Mundial de la Población de 1999 (el año en el que se llegó a los 6.000 millones de habitantes) nos recuerda que no todo son cifras: "La población no sólo es cuestión de números. Es una cuestión de seres humanos, una cuestión de individuos, una cuestión de cada uno de nosotros.Se trata de que cada mujer y cada hombre sean capaces de tomar decisiones libres, informadas y en igualdad, incluyendo el tamaño de su familia y el espaciamiento entre sus hijos. Se trata de que cada hombre y cada mujer sean capaces de mantener a los hijos que eligieron tener, de asegurar su bienestar y de darles una vida digna. Se trata de libertad individual, de derechos humanos y de desarrollo sostenible para todos".Por ese motivo, la posibilidad de esa vida digna no sólo pasa por el control del crecimiento sino también por un reparto más justo de las riquezas mundiales, por la cooperación y la solidaridad, por el respeto al medioambiente y a nuestros semejantes. Si no ocurre así, quizás el Día Mundial de la Población se convierta en una fecha vacía, como la que refleja el escritor uruguayo Mario Benedetti en este alarmante poema:

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